¿Recuerdas ese tiempo en el que pensabas que todo era para siempre y que el sentimiento de felicidad te invadía sin ni tan siquiera tener conciencia de ello? A veces piensas con nostalgia en esos momentos en los que, de alguna forma, te sentías pleno, conectado con tu entorno y con un sentimiento de bienestar.
Hay muchas formas de vivir para tener una vida plena consciente y, una de ellas, consiste en que tengas la tranquilidad de vivir cada momento con la sensación de que no hay nada más importante que hacer lo que estás haciendo en ese instante, sabiendo que todo lo demás tiene un espacio asignado en el tiempo futuro.
Seguro que conoces personas que hacen listas mentales o escritas de las acciones que tienen pendientes, de aquellas cosas u objetivos que les gustaría conseguir para llegar a esa plenitud que les haría sentirse bien consigo mismo/a. Puede que tú seas uno/a de ellos/as, o quizás eres de los/as que prefieren dejar que las cosas sucedan de una forma espontánea, aprovechando las oportunidades tal y como te vienen, sin preocuparte ni plantearte qué propósitos te gustaría conseguir.
Si eres de los/as que desean que las cosas sucedan, la recomendación es seguir los cuatro pasos siguientes:
1. Identificar roles vitales.
Para identificarlos tienes que pensar los que son prioritarios para ti, por ejemplo:
FAMILIA: Relación afectiva con tus familiares
AMISTADES: Disfrutar con tus amigos
DEPORTE: Practicar una actividad física para lograr superar tus marcas.
SALUD: Mejorar la calidad de vida a través de una alimentación y hábitos saludables.
LABORAL: Evolucionar a nivel profesional
ECONÓMICO: Disponer o lograr ingresos de forma diversificada.
Tienes que elegir entre estos u otros que sean importantes para ti, aquellos que te gustaría que evolucionaran de forma favorable y que están directamente relacionados con lo que será tu mejor versión como persona.
2. Establecer objetivos
Cuando hayas decidido los roles prioritarios, lo siguiente es pensar qué objetivos te gustaría lograr para cada uno de tus roles. Por ejemplo: dedicar más tiempo a mi familia, organizar actividades con mis amigos, andar 10.000 pasos diarios, aprender a cocinar de forma saludable, realizar una formación online sobre liderazgo, tener pensamientos positivos en el trabajo, ahorrar para sentirme más seguro/a ante imprevistos....
3. Decidir acciones
Tan sólo tienes que decidir las primeras acciones que llevarás a cabo para cumplir con cada uno de los objetivos. Ejemplos:
ROL LABORAL: evolucionar a nivel profesional
Objetivo: Realizar una formación online de liderazgo.
Primeras acciones:
Pedir información a Pedro y Juan (conocidos líderes) sobre Centros donde se imparte esa formación.
Buscar en Google cursos de liderazgo nacionales e internacionales.
Pensar cuál es el horario más adecuado para realizarlo.
ROL SALUD: mejorar la calidad de vida a través de una alimentación y hábitos saludables.
Objetivo: Aprender recetas de cocina saludable.
Primeras acciones:
Buscar recetas en internet. (En esta época de confinamiento, este tipo de búsquedas en Google y/o Youtube han subido un 30%).
Una vez realices estas acciones, las pondrás como realizadas y podrás pensar en las siguientes. Y así, sucesivamente, te vas acercando poco a poco a cumplir con tu objetivo.
Programar el día
Tienes que escoger una fecha y un horario para cada acción. Puedes utilizar la agenda y/o cualquiera de las aplicaciones que tienes a tu alcance, a través de tu teléfono u ordenador. De tal forma que se convierta en una herramienta que te recuerde cuándo tienes que realizar cada acción.
De esa forma, cuando te levantes cada mañana, mirarás la lista de actividades que tienes establecidas y decidirás realizar cada una si es prioritaria. En caso contrario, podrás asignarles una fecha posterior, es decir, diferirla en el tiempo.
Se trata de que establezcas lo que vas a hacer cada día eligiendo aquellas acciones que te aportan mayor valor. La clave, cuando tienes una larga lista de cosas por hacer, es saber qué acción o acciones están más conectadas con tus roles y los objetivos que has definido previamente y ponerlas por delante.
En esta época en la que la mayoría estamos confinados, nos hemos dado cuenta de que, por una vez, lo urgente no tiene transcendencia y ahora no tenemos excusa para dedicarnos a lo que es importante.
La ventaja adicional que tiene este método, es que tienes la tranquilidad de que todos los roles importantes han sido considerados, has elegido las acciones y el momento en el que vas a realizarlas. Y, cuando estás realizando la que corresponde, te puedes dedicar con intensidad a ella, puedes disfrutarla pensando que el resto de cosas que son clave para ti están controladas.
Os garantizo que con el paso del tiempo tendréis el sentimiento de que tu vida transcurre como tú la has planificado y que te acercas cada vez más a la persona que deseas ser.
Autor: Juan Francisco Ruiz. Director de NKIP Consulting y miembro de AEBYS.
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